Se
me ha mezclado un poco todo, leer a Ricoeur y repasar las
aportaciones de Shigeru Miyamoto.
Estaba
leyendo los artículos que surgen en la red de prensa generalista y
especializada sobre el premio Príncipe de Asturias.
Y
en mi cabeza rondaba el texto “Del texto a la acción” que
estamos trabajando en clase de hermenéutica.
Pese
a que si analizamos los discursos ni el Príncipe ni el Jurado me
parece que hayan dicho algo interesante que se salga de lo
institucionalmente correcto a ninguno se les ha pasado por alto un
hecho singular.
La
obra de Miyamoto ha demostrado su universalidad a un nivel sin
comparaciones posibles, sencillamente FUNCIONA TRANSCULTURALMENTE Y
TRANSGENERACIONALMENTE.
Para
la Antropología es como mínimo interesante, pero ¿y si nos
preguntamos hermenéuticamente por cómo “leemos” los juegos de
Miyamoto?